Desde hace mucho tiempo se cuestiona que la palabra “NO” es la mejor forma para que el cerebro deje entrar la palabra “SI”, hagamos la prueba: “NO te imagines a una vaca”… ¿Qué sucedió en tu cabeza? Probablemente te imaginaste la vaca. Realmente lo que sucede es que para que tu cerebro comprenda sobre que estás hablando, primero debe interpretar y darle forma al contenido de la frase antes de poner al “NO” como instrucción principal.

Ahora vamos a trasladar esto al día a día con nuestros hijos, de cualquier edad, inclusive pudieses aplicarlo a cualquier ámbito en el que te desenvuelvas. Cuando le pedimos a un niño “no te tires al piso”, “no juegues con esa tierra”, “no puedes salir”, “no te comas los dulces”, “no utilices el celular”, le estas dando entrada a la posibilidad de que SI lo haga, por esta razón, muchas veces intentamos con decirle “ya que no te quieres levantar, entonces tírate en el piso” queriendo ser irónicos, pero al final tampoco logramos hacer que se levante a menos que, en algunos casos, nuestros ojos de padres molestos hagan el trabajo.

Es muy importante dejarles claros los límites a nuestros hijos, siempre deben estar presentes, pero constantemente me hacen la pregunta: “Si debo evitar decir NO, ¿Cómo logro que haga lo que le pido?”, y ahí está la respuesta, pídele a tus hijos lo que SI es correcto hacer, ejemplo: “levántate del piso”, “suelta la tierra o ven y juega con esta otra cosa” (que sustituya a la tierra), “quédate en casa”, “los dulces son para luego de dormir la siesta” (o para cualquier otro momento, y cúmplelo), “guarda el celular, solo lo puedes utilizar luego de …”.

Mientras más claras sean tus instrucciones, tu hijo conocerá mejor los límites y si eres cumplido con tus promesas, serás mucho más confiable para él, sentirá seguridad ante tus peticiones y se evitarán muchos berrinches ya que habrá claridad en tus palabras. Con todo esto no te quiero decir que elimines el NO, él también es necesario en muchas oportunidades y por supuesto que el cerebro logra comprenderlo, pero como manifesté antes, siempre dará sentido a la frase completa, trata de utilizarlo de forma individual, respuestas de Si o No, podría ser en situaciones como: “Mamá, ¿puedo salir?” y tu respuesta clara sería Si o No.

Solo digamos lo que deseamos obtener de la otra persona, en principio se puede volver un reto el hecho de cambiar las palabras, pero con el tiempo tú también tendrás mucho más claro qué estas pidiendo y cuál es la conducta que esperas ver de quienes te rodean. Recuerda, los límites son fundamentales para darle estructura y sentido a nuestras vidas.

Depto. Psicología Liceo La Enseñanza.

Psic. Andrea C. Centeno R.

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