Los tratamientos de desórdenes alimenticios están disponibles para los niños y adolescentes en cualquier consulta médica o en los hospitales. Pero es mucho más útil prevenir que ocurra y de este modo, evitar que se tenga que llegar a los tratamientos.

Los trastornos alimenticios son enfermedades graves, relacionadas con conductas alimentarias persistentes que afectan negativamente a la salud, las emociones y la capacidad de funcionar en áreas importantes de la vida.

¿Por qué los adolescentes pueden desarrollar problemas alimenticios?

La causa exacta de los trastornos alimentarios es desconocida, aunque existen algunos factores que pueden poner a los adolescentes en riesgo de desarrollar trastornos de alimentación, incluyendo:
Presión social: La cultura popular tiende a poner el punto de mira a las personas que no son delgadas. Incluso las personas que tienen un peso corporal normal, pueden tener una percepción de que están gordos cuando no es así. Esto puede causar una obsesión con la pérdida de peso, con la dieta o con una alimentación saludable.

Las actividades que les gustan: Hay actividades donde se valora la delgadez como el atletismo, ser modelo, etc. Al realizar algunas actividades que valoran la delgadez puede haber riesgo de que existan riesgos de padecer un trastorno alimentario en la adolescencia.

Factores personales: La genética o los factores biológicos podrían hacer que algunos adolescentes sean más propensos a desarrollar trastornos de alimentación. Los rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la ansiedad o la poca flexibilidad pueden también desempeñar un papel importante.

Señales de que existe un trastorno alimenticio:

Para poder prevenir que el trastorno se desarrolle, resulta fundamental que se sepan observar las señales que dejan claro que existe un problema que se debe solucionar. Por ejemplo, las niñas son mucho más propensas a tener trastornos de alimentación que los niños. Los siguientes signos o señales pueden ayudarte a identificar si un niño está sufriendo un trastorno de alimentación:

• Comer en secreto
• Esconder la comida
• Preocupación por la comida o la alimentación
• Contar las calorías de forma excesiva
• Miedo a engordar
• Atragantones
• Vomitar
• Fobias a algunos alimentos
• Evitar algunos alimentos
• Obsesión por el aspecto físico propio o el de los demás

La prevención comienza con una buena comunicación:

Una comunicación abierta es esencial para poder prevenir los problemas alimentarios en los niños y adolescentes. Para ayudar a prevenir los trastornos alimentarios adolescentes, deberás hablar con tu hij@ sobre la alimentación y la imagen corporal, así como sobre unos buenos hábitos y una vida saludable. Puede que no sea algo fácil, pero es muy importante empezar a hacerlo cuanto antes. Para comenzar podrás:

• Fomentar unos buenos hábitos alimenticios en casa: Es necesario que hables con tus hijos sobre cómo la dieta puede afectar a su salud, a su apariencia y a su nivel de energía. Anima a tu hijo a comer cuando tenga hambre y además, debes crear el buen hábito de comer y cenar juntos en familia. Está demostrado que los niñ@s que comen en familia tienen una mejor alimentación-.

• Hablar sobre los mensajes que envían los medios: Los programas de televisión, las películas, los sitios web y otros medios pueden enviar mensajes a tu hij@ que sólo un determinado tipo de cuerpo es aceptable. Anima a tu hij@ a hablar y a cuestionar lo que ve y lo que escucha en estos medios sociales.

• Promover una imagen corporal saludable. Habla con tu hij@ acerca de tu propia imagen física y la suya, y hazle saber que los cuerpos sanos van cambiando. No permitas que utilice apodos hirientes o que utilice chistes basados en las características físicas de una persona. Sé un buen ejemplo y evitar hacer comentarios acerca de otra persona con base a su peso o forma corporal.

• Explícale los peligros de las dietas y de la alimentación emocional. Explica que la diete puede hacer que peligre su buena nutrición, que tenga problemas de crecimiento y lo que es peor, que tenga problemas de salud. Es necesario que tu hij@ sea consciente de que comer en exceso o demasiado poco, no es una forma saludable de hacer frente a las emociones.

• Utiliza alimentos para una buena nutrición. Los alimentos nunca deben utilizarse como recompensa o consecuencia. Resiste la tentación de ofrecer alimentos como sobornos en la educación de tu hij@, del mismo modo que tampoco deberás quitar el alimento en los castigos: estas conductas fomentan los trastornos alimentarios.

Fuente: www.madreshoy.com

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